Función del lóbulo frontal
Adem,as El lóbulo frontal es el más grande de los 4 lóbulos. Como su nombre indica, se encuentra en la parte frontal del cerebro.
A nivel anatómico-funcional, dentro del lóbulo frontal se encuentran (si seguimos un recorrido postero-anterior):
· El córtex motor.
· El córtex premotor.
· El área motora suplementaria.
· El campo ocular frontal.
· El área de Broca.
· Córtex prefrontal, dentro del cual se diferencia en dorsolateral (CPFD), ventromedial (CPFV) y orbitofrontal (CPFO).
FUNCIONES
Los lóbulos frontales están involucrados en muchas funciones:
-Programación motora y diseño de planes para la acción.
– Procesos de memoria, encargándose del aprendizaje asociativo y la recuperación-acceso a lo aprendido.
– Planifiación y organización del lenguaje.
– Capacidad de juicio.
– Habilidades para el comportamiento social. Modulación y control de la conducta humana.
– Control inhibitorio.
– Razonamiento.
– Generar y ejecutar las mejores estrategias cognitivas para resolver problemas u optimizar actividades.
-Evaluación y monitorización constante de la situación, para modular y corregir la conducta si es preciso.
-Resolución de problemas.
-Tener una conducta espontánea, así como iniciación de actividades motoras y cognitivas.
-Procesamiento de la autoconciencia, metacognición y de la cognición social.
-Supervisión y organización de funciones cognitivas en general.
CONEXIONES
Al igual que el resto de lóbulos cerebrales, está interconectado con el resto de áreas cerebrales, siendo la conexión más importante córtex frontal – estriado – globo pálido (sustancia negra) y tálamo. Pero el lóbulo frontal es el más relevante, ya que es el mediador de muchas de las habilidades cognitivas, sirviendo como«director de orquesta´´, como le denomina Goldberg en su libro El cerebro ejecutivo. Es el encargado de monitorizar toda la conducta humana. Es el sustento de nuestra consciencia y nuestra personalidad.
Son las últimas áreas del cerebro en madurar. En algunos casos, es posible que no estén completamente desarrollados hasta los 30 años. Siendo esta la causa de que haya incongruencias conductuales por falta de maduración en la niñez y adolescencia.
El lóbulo frontal es el más relevante para la conducta, ya que es el encargado de adaptarla a los cambios, y es también el sustento de nuestra consciencia y nuestra personalidad. Como le denomina Goldberg en su libro ‘El cerebro ejecutivo’, el lóbulo frontal es como un “director de orquesta”, mediando en muchas habilidades cognitivas, gracias a la gran cantidad de conexiones con el resto del encéfalo.
Córtex motor (área 4).
El corteza motora primaria es la encargada de los movimientos finos, velocidad y fuerza, así como de los movimientos básicos, como los movimientos orales, de brazos y piernas. También controla la fuerza y la dirección del movimiento. Sus células proyectan hacia las estructuras motoras subcorticales, como los ganglios basales, el núcleo rojo y la médula espinal.
Córtex premotor (áreas 6, 8 y 44).
El córtex premotor incluye la corteza motora suplementaria, la corteza premotora dorsal (se activa para elegir movimientos a partir de un léxico de movimientos) la corteza premotora ventral (contiene neuronas espejo que reconocen los movimientos de los demás y seleccionan acciones similares o diferentes) y el giro frontal inferior o área de Broca, zona anterior del lenguaje en el hemisferio izquierdo (opérculo frontal) que funciona con la corteza motora para producir los movimientos necesarios para hablar.
Las áreas premotoras influyen en la programación del movimiento a través de proyecciones corticoespinales, y de manera indirecta a través de proyecciones hacia M1.
Este área también está implicada los campos oculares frontales, que reciben información visual de la región parietal posterior y el colículo superior del mesencéfalo, los cuales controlan los movimientos oculares y también envían información desde regiones parietales.
El lóbulo prefrontal está compuesto por el área dorsolateral, área orbitofrontal y área ventromedial.
Área prefrontal dorsolateral (áreas 9 y 46) :
El área dorsolateral recibe aferencias de las áreas de asociación (le llegan aferencias de la corteza asociativa, pero no de las sensoriales primarias), occipital y temporal proporcionando información olfativa, gustativa de la corteza insular y opercular información mnemónica desde la amígdala.
Del mismo modo el área dorsolateral manda aferencias a las cortezas promotoras y cortezas de asociación sensorial, así como ganglios basales y corteza cingulada. Tiene importantes conexiones también con la corteza parietal posterior y surco temporal superior
Las funciones de la corteza prefrontal dorsolateral son funciones generales, interviniendo en el control atencional, cambio de tarea, capacidad de atención dividida, control de interferencia, preparación para la acción. También está implicado en la memoria de trabajo o memoria operativa, la cual permite mantener y manipular la información de manera temporal, así como de recuperar la información y mantenerla activa mientras se manipula (de ella dependen muchas funciones cognitivas, como la comprensión, seguimiento de lectura, películas, conversaciones, o el cálculo matemático. Es mediada por redes entre la corteza prefrontal lateral y parietal posterior). También implica la memoria declarativa, siendo capaz de seleccionar las mejores estrategias para la codificación de la información y memoria de la fuente, es decir, de dónde procede esa información. Y monitorización de la realidad, distinguiendo entre eventos reales o imaginarios. También interviene en la capacidad inhibitoria y la flexibilidad mental.
También implica lenguaje, influyendo en la fluidez verbal, la fluencia semántica y fluencia fonológica.
Asimismo, también está implicado en la preparación y secuenciación temporal. Qué es la capacidad de percibir y estimar el tiempo, prepararse para la acción, prever el futuro, preparación y monitorización temporal y mantener la información en la memoria hasta llevarla a cabo (memoria prospectiva).
Hay que tener en cuenta que este área tiene importantes aferencias del córtex parietal posterior, por lo que se ve implicado en la guía visomotora de los movimientos en el espacio.
La afectación de esta zona puede afectar a la autonomía del paciente provocando abulia, déficit de planificación y otras funciones ejecutivas e incluso invalidar la rehabilitación, produciendo un fenómeno llamado anosognosia que es la incapacidad de ser consciente de las alteraciones cognitivas. En este fenómeno de anosognosia también se ven implicadas, aparte de las regiones frontales, el lóbulo parietal, el lóbulo temporal y otras estructuras subcorticales, como los ganglios basales, tálamo e ínsula.
Área prefrontal orbitofrontal (áreas 47, y porciones de 11, 12 y 13):
El área orbital a su vez tiene dos áreas la zona ventromedial que implica las representaciones del valor emocional de los estímulos, y la zona ventrolateral implicada en la evaluación de los cambios en las representaciones y cambio de conducta.
La región orbitofrontal recibe aferencias de todas las modalidades sensitivas, del sistema límbico (lóbulo temporal, amígdala, hipotálamo y cíngulo). A su vez, el área orbitofrontal manda aferencias al área subcallosa y al área dorso anterior del cíngulo.
Al hablar de esta área cerebral, todos recordamos el famoso caso de Phineas Gage, quien tras un accidente que lesionó su cerebro, se convirtió en una persona con personalidad psicopática. Las lesiones en el área orbitofrontal pueden generar secuelas cognitivas, emocionales y comportamentales devastadoras. Se trata de un área que recibe extensa información de todas las modalidades sensoriales, información visceral, información somática y del sistema límbico, en especial con la amígdala. Es una zona única de integración sensorial. Por este motivo, su lesión provoca anosmia, qué es una falta de olfato, o alteración parcial de olores y sabores.
También recibe información afectiva y motivacional de los estímulos, dándoles un valor positivo o negativo. Además, es un área que se encarga de integrar la información somática y emocional, por lo que su lesión les provoca un déficit a la hora de reconocer expresiones faciales, comprender las emociones de los demás, y percibir situaciones socialmente relevantes. Suele acompañarse de afectación de los circuitos mediales frontales implicados en la cognición social y en la teoría de la mente.
Las personas con lesiones bilaterales de esta área, fallan de forma sistemática en cambiar su conducta, perseverando una y otra vez en los mismos errores. Tienen dificultades en la capacidad para adaptarse a los cambios del entorno, alteración de planificación y toma de decisiones. Generando esto una personalidad poco responsable, abandonando actividades a medias, no pensando en las consecuencias negativas, teniendo relaciones efímeras y superficiales, cambio de trabajo con frecuencia, inatencion de familiares y amigos, y pérdida de dinero en juegos de azar. Es decir, pueden cambiar drásticamente su personalidad, mostrando emocionalidad plana, sin vínculos afectivos, sin empatía, indiferentes al sufrimiento ajeno, haciendo comentarios inadecuados, cometiendo acciones antisociales, mostrando una actitud egoísta, fanfarrona, pueril, obsceno y sexualmente explícito.
Área prefrontal ventromedial (áreas 10, 14 y 25, y algunas porciones de 11, 12, 13 y 32):
Este área recibe aferencias del dorsolateral, corteza cingular posterior y corteza temporal medial, así como información interoceptiva del núcleo del tracto solitario, también del núcleo parabraquial, del área hipotalámica lateral, núcleo paraventricular, tálamo y corteza insular. A su vez, conecta con los núcleos hipotalámicos, núcleos premotores autonómicos del bulbo, amígdala y tronco encefálico.
Además, la corteza ventromedial está implicada en la teoría de la mente y la cognición social, definiéndose está como la capacidad para construir representaciones de nuestras relaciones con nosotros mismos y los demás, así como de guiar nuestro comportamiento dentro de la sociedad. También es la capacidad que tenemos para ser conscientes de los diferentes puntos de vista de los demás y para comprender y predecir la conducta de otras personas. En definitiva, saber lo que están pensando dentro de un contexto determinado.
Dentro de la corteza ventromedial está la región rostral posterior qué incluye la corteza cingulada anterior y el área motora suplementaria, encargadas de tareas cognitivas de control y monitorización de las acciones y de la monitorización de conflicto. También tiene la región ventromedial de la corteza orbital, encargada del procesamiento de la contingencia estímulo- consecuencia, representando el valor afectivo de los refuerzos y castigos. También está la región rostral anterior influye en la corteza cingulada, encargada del autoconocimiento, reconocimiento facial de emociones ajenas, identificación de las propias intenciones, comprensión de falsas creencias, la mentira, culpa, ironía y resolución de dilemas morales.
El córtex cingulado, anteriormente descrita, se localiza horizontalmente a lo largo de la superficie medial de los lóbulos parietal y frontal, por encima del cuerpo calloso, cuya lesión provoca mutismo acinético consistente en una incapacidad para iniciar respuestas verbales o motoras voluntarias. Se considera una alteración del estado motivacional del sujeto, y genera apatía, acinesia en continencia de esfínteres. Se puede ver afectado también el estado de alerta, fijación visual, movimientos visuales ante estímulos auditivos, falta de respuesta motora ante órdenes, y gran esfuerzo por hablar.
Asimismo, además, la corteza cingulada anterior se divide en dos áreas, el área emocional implicada en tareas de procesamiento emocional, conflicto emocional y estados de tristeza y el área cognitiva implicada en tareas cognitivas. El mutismo acinético se confunde en ocasiones con pérdida de consciencia y es importante hacer un diagnóstico diferencial.
Por todo esto, esta área es el principal encargada del control motivacional.
Especialización hemisférica:
En cuanto a la asimetría cerebral y especialización hemisférica, ambos lóbulos frontales desempeñan un papel importante en casi toda la conducta. Por lo tanto, encontraremos alteraciones similares cuando se lesione cualquiera de los dos hemisferios. Lo que sí es claramente diferenciable, es que él lóbulo frontal izquierdo desempeña un papel importante en los movimientos orales a la hora de emitir el lenguaje, en la fluencia verbal y la memoria verbal. Por su parte, el lóbulo frontal derecho, está más relacionado con las expresiones no verbales, como por ejemplo las expresiones faciales, también en las habilidades visoconstructivas y en la recuperación de la memoria.
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